Más allá de la evidente referencia a Cortázar –y a lo predecible que puede parecer que una artista extranjera que visita por primera vez la Argentina titule así su exposición– Rayuela es el resultado de haber planteado al "salto" como concepto rector, como un móvil para abandonarse a lo inesperado. Y así, partiendo del fin del mundo, se fue entretejiendo una trama de lugares, paisajes, palabras, imágenes, acciones, recorridos, encuentros, descubrimientos y personas que continúa en expansión.
Rayuela es un viaje por lo cotidiano, una invitación a realizar un recorrido propio, a mirar y a encontrarse con uno mismo y con el otro. Es un punto de partida, no de llegada. Es un pequeño cosmos de 12 universos (Ushuaia, Punta Arenas, Puerto Natales, Calafate, Chaltén, Bariloche, Malargüe, San Rafael, Mendoza, Córdoba, Buenos Aires y La Plata), decenas de individuos y cientos de historias.
Un viaje que se planteó desde un inicio como un recorrido, sin un trayecto previo. Un mapa personal de sur a norte. Una serie de encuentros circunstanciales que provocaron otros, tal vez menos fortuitos. Una búsqueda que radicaba más en la predisposición al asombro que en mantenerse en la ruta. Un viaje alejado de la experiencia turística (genérica y aseptic), un ejercicio de movimiento, de renovación y hallazgo.
Véase a Rayuela no como la conclusión de un recorrido, sino como el principio del que sigue.
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If we overlook the obvious reference to Cortázar –and the somewhat predictable gesture of a foreigner's first time in Argentina to name her exhibition after Hopscotch– Rayuela is the end result of two things: chance and awe. Starting at the end of the world, it made its way northbound nourishing from the landscape, words, images, interventions, discoveries and peoples, which continues to expand.
Rayuela is a walk though everyday life, an invitation to look around to find yourself. And others. It is a starting point, not the end. It is a world in itself that includes 12 landmarks (Ushuaia, Punta Arenas, Puerto Natales, Calafate, Chaltén, Bariloche, Malargüe, San Rafael, Mendoza, Córdoba, Buenos Aires and La Plata), new friends and hundreds of tales.
As a journey, it began without a route and turned into a trail of referrals. A voyage moved by chance and awe, rather than by an itinerary. A trip detached of the tourist experience (generic and pristine), but full of personal epiphanies and meaning.
Bear in mind that Rayuela is not the conclusion of a process, but the beginning for the next one.
http://www.anagomez.com.mx/
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