Ejercicio físico
En las calles de La Plata encontré cinco tubos
de PVC, alrededor de 30
metros de cable, una pantalla vieja de Macintosh y
cientos de plumas. Después, todo se fue acomodando. Las máquinas de: Volar,
Ahogar y Aterrizar, son tres dispositivos paradójicos. Encantadores en su
función de no funcionar. O, al menos, no de una manera técnica precisa. Las
tres máquinas son una búsqueda personal, así como un intento de estirar los
contornos de lo que es humano. Con un
movimiento incorporado y trucos baratos de las leyes físicas, las máquinas de
Volar, Ahogar y Aterrizar están hechas para que juegues. Con tu imaginación y
sin lastimarte demasiado. Physical
Exercise
In the streets of La Plata
I found five PVC pipes, around 30 meters of wire rope,
one old Macintosh screen and hundreds of feathers. After, all came to its
place. The Flying, Drowning, and Landing machines are three paradoxical
devices. They are charming in its function not to function. Or, at least not in
a precise technical way. The three machines are a personal quest as well as an
attempt to stretch the outlines of what is human. With a movement incorporated
and cheap tricks from the physical laws, the Flying, Drowning and Landing
machines are made for you to play. With your imagination and without getting
hurt too much.
Intervenciones dialógicas: máquinas y cuerpos que naufragan
Las máquinas de Stefka Benisheva están a la espera de un diálogo, con todas las incertidumbres y posibilidades que esto implica.
Elementos inorgánicos, fríos y duros inician conversaciones con cuerpos orgánicos, cálidos y dúctiles por medio del movimiento y la calistenia.
La máquina confía en lo que el cuerpo tiene para ofrecer; el cuerpo se extiende y, por un instante, se funde con la máquina.
Un vaivén de conjunciones armónicas y oposiciones dinámicas genera chácharas, risas y gritos que no siempre buscan sacar conclusiones.
La máquina se alía con la naturaleza para proponer un lenguaje que no se opone al del metal; las posibilidades de acto y potencia se multiplican.
La máquina seduce al cuerpo, el cuerpo le ofrenda su energía.
La conexión es breve, pero el susurro de sus huellas se mantiene en el tiempo.
Patricia Martínez Castillo & Gabriela Villarreal Toro (Curadores/Curators)