Una muestra en conjunto, un cruce de visiones, obras, personalidades.
Artistas con obras y formaciones diversas, que convergen en una exhibición
producto de la convivencia (casi) azarosa
dentro del espacio común de una residencia artística.
La presentación grupal propone un mundo dividido en
tres, o tres mundos en uno, como se prefiera: la artista mexicana Luz del
Carmen trabajó distintos estereotipos en los que se ha encasillado a la mujer
en ciertos períodos de la historia del arte (la mujer-puta, la mujer -virgen,
la mujer- madre, la mujer-bruja). Un ensayo de reivindicación por medio de pinturas,
fotografías y libro de artista.
Neftalí elaboró durante el tiempo de su estadía un
proyecto relacionado con la gestualidad y el lenguaje, en el que
predomina el retrato a través del dibujo y el video.
Paralelamente, una parte de la producción de Allison
se basó en los objetos que habitan ciertos interiores, exteriores y texturas de
Argentina, utilizando como soporte la fotografía y también el video.
La exhibición invita a imaginar un pequeño universo
triangular,
con bordes que sugieren una obra colectiva.