¿Qué es la brujería hoy en día? ¿Por qué este resurgimiento de la figura de la bruja/chamán? ¿Se trata de un acto politizado o subversivo? ¿O de un acto de canonización femenina? ¿Un homenaje, una santificación, una apología de la hermana rebelde, sacrificada, pisoteada, internada, asesinada? ¿Será la nueva figura de la resistencia trabajando por la emancipación?
¿También serian brujas todxs aquellas violadas, las
marcadas visible o invisiblemente?
Históricamente, la figura de la bruja/chamán ha
inspirado al mismo tiempo respeto, miedo, temor y fantasías en el imaginario
colectivo. Según los lugares, las épocas y/o los poderes de turno, ellas han
pasado de ser las poseedoras del conocimiento, de saberes y remedios a aquellas
que deben ser exterminadas. Un poderoso régimen del terror y una lógica del
odio (esencialmente masculina) se instaló para identificar y eliminar todas
aquellas que eran llamadas brujas.
¿Quiénes eran ellas realmente?
Las parteras, las viudas, las prostitutas, las
mujeres marginales, las jóvenes emancipadas, las mayores, las independientes,
las mujeres de poder. En resumen, eran las que vivían solas, las fuera de lo
común, las mujeres “demasiado” activas en la sociedad, las “demasiado”
poderosas, aquellas que escapan al orden establecido, las que se rebelan. Ellas
son las insubordinadas y las que están contra la opresión social. Ellas son las
diferentes, las militantes, las de identidad sexual no binaria, las
transgénero, las homosexuales, las desheredadas, las masacradas, las
invisibilizadas, las enfermas, las accidentadas, las lisiadas.
La caza de brujas hace parte del miedo al Otro, de la necesidad de ejercer un
control. Es una conspiración solapada contra la diferencia, contra el derecho a
la autodeterminación, contra las mujeres. En la actualidad, vemos como
movimientos feministas militantes alrededor del mundo se han apropiado de los
arquetipos de la bruja/chamán de manera positiva con el fin de luchar contra la
opresión social y por los derechos de las mujeres, por la reapropiación de sus
cuerpos y de su sexualidad.
Gabrielle
Lajoie-Bergeron vive y trabaja en Quebec (Canadá) y Baltimore (Estados Unidos).
Posee un título de Master en artes visuales y multimedia de la Université du
Québec à Montréal (2014) y recibío numerosos premios y becas. Su trabajo ha fue
mostrado en Canadá, Europa, Argentina, Italia y África. En 2018, forma parte
del programa de la Residencia Corazon
(Argentina / apoyado por el CALQ y el CAC), el Museo IlTorrione (Italia), la Feria
del Arte actual de Quebec y el 36º Simposio
internacional de Arte contemporáneo de Baie-St-Paul. L'Oeil de Poisson la albergará en 2019. Lajoie-Bergeron curó
numerosas exposiciones y el PigmentSauvage
- Art & Residencies, en Baltimore, será el anfitrión del proyecto La Track / TheTrack en 2019.
Mi
práctica cuestiona los mecanismos de construcción de imágenes e historia, su
reproducción, su circulación y su trivialización. Una gran parte de mi
producción es sobre la historia del arte y cómo "juntar todo". A
través de un enfoque feminista, mis exploraciones se centran en las nociones de
territorio: salvaje, íntimo, público y de pertenencia. ¿Cómo pensar hoy en la noción
de conquista del territorio y su
apropiación? A través de una serie de pinturas, dibujos, pequeñas esculturas,
bordados, objetos recolectados o donados y fragmentos de textos, mi práctica
desafía las divisiones e interpretaciones del mundo, del cuerpo y de la historia.
El aquí y el otro, el centro y la periferia, la Historia colectiva (olvidada,
reprimida, oculta) y las historias íntimas se mezclan para hacer surgir nueva
historia: las reapropiaciones del cuerpo, las historias y la experiencia
vivida. Trabajando sobre los códigos normativos transmitidos a través de los
arquetipos de la figura femenina, intento llenar el vacío dejado por la
historia, ya sea feminista, política, mediática o social. Me interesa el hecho
que una misma representación pueda ser una fuente de dominación o de
emancipación. Al hibridar imágenes y textos de diferentes fuentes, creo un
nuevo campo de virtualidades.
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Alzar una voz colectiva
Una pregunta retorna: ¿cómo vivir en un mundo injusto y desigual? ¿Qué hacer frente a la violencia de este mundo?La pregunta de los feminismos nos invita a llevar la atención al territorio en disputa: nuestros cuerpos. ¿Qué hacer con este malestar? ¿Cómo podemos desaprender esos modos de vida que internalizamos e inventar nuevos? Algunas filósofas nos invitan a comenzar por la sensación, por lo sensible: lo personal es político, ese malestar que sentimos es un producto social, es político. Pero si necesitamos extraer conclusiones de las experiencias que vivimos, la única manera de hacerlo es con otrxs.
El proyecto "Mujer esqueleto – un beso en el culo del diablo" de Gabrielle Lajoie-Bergeron aborda desde esa perspectiva las nociones de pertenencia, territorio(s), cuerpo y poder. Su objetivo es
crear instancias para que esas preguntas y esos encuentros tengan lugar.Su práctica como artista
privilegia el diálogo, lo relacional, incluso cuando pinta e intenta poner
juntos espacios y situaciones pertenecientes a tiempos y lugares diferentes. Su
práctica habita lo colectivo y su investigación la lleva a estudiar la historia
de ciertas imágenes míticas y símbolos ancestrales.Cuando sus reflexiones
necesitan materializarse,se re apropia de técnicas pertenecientes a tradiciones
populares, haceres manuales y saberes que se transmiten de forma oral, de mano
en mano, de boca en boca. La escala de los dibujos, pequeñas esculturas y
objetos que reúne en esta exposición es coherente con esa atención a lo "menor",
a aquello que habita en lo cotidiano.
El territorio de su exploración es el
límite entre lo público y lo íntimo. Su habilidad reside en crear espacios de encuentro
donde la confianza y apertura permiten hacer aflorar eso que se mueve cuando
hablamos de lo que nos interpela. Una práctica artística que es política cuando
busca propiciar instancias donde esas voces que en general permanecen en
silencio, se vuelvan audibles. Desde una perspectiva feminista, investiga sobre
aquellos arquetipos y representaciones que la cultura genera para dar cuenta de
esos cuerpos e identidades otrxs, que se escapan de la norma, de lo instituido,
de lo esperable, de lo deseable:"las
insubordinadas y las que están contra la opresión social. Ellas son las
diferentes, las militantes, las de identidad sexual no binaria, las
transgénero, las homosexuales, las desheredadas, las masacradas, las
invisibilizadas, las enfermas, las accidentadas, las lisiadas."
El camino trazado por este proyecto
configura una trayectoria que podría cartografiarse. De algún modo estas
producciones hablan de ese proceso. Forman parte de algo que las excede, un
tejido hecho de historias que no es visible, pero que podemos oír, como un
sonido que de repente no podemos dejar de escuchar y que
ahora aparece como fondo de todas las cosas.
Lic. Lucía Savloff (Curadora/ Curator)