María
estudia arte y viaja. Siempre que puede, viaja.
Llegó
a La Plata hace un mes y desde entonces no dejó de examinar aquellos detalles
que diferencian (y acercan) a esta ciudad de la propia.
La
mirada de María es como una cámara que registra a través de planos cortos,
cerrados, el entorno citadino. Pero no encuadra cualquier detalle, sino
aquellos que, incluso estando sobre el espacio público transitado, hablan de
elecciones particulares, hogareñas: el dibujo de una reja, el ritmo de unas
baldosas. Módulo y geometría dan lugar a una imagen que, como en el arte
tradicional islámico, trata de un todo y no de meras formas yuxtapuestas.
María
es como un radar: busca, detecta, destaca. Aísla, como una científica a un
virus, la figura-patrón que encuentra en la deriva del caminar citadino. María
la reproduce y le da protagonismo, una nueva presencia casi monumental.
Sin
quererlo, María nos invita a imitar su práctica. Deja repicando, como un eco,
el deseo de observar, detectar y rescatar nuestro propio ambiente. Queda en
nosotrxs la forma de hacerlo.
Mariel Uncal
Scotti (Curadora-Curator)